La contribución de la logística inversa a la protección del ambiente y a una estrategia de negocios sustentable va en escalada. La recuperación de valor es una buena herramienta. En general, la realización de actividades de logística inversa puede reportar ganancias de alrededor del 5% de las ventas totales de una empresa.
LA RECUPERACIÓN DE VALOR DEL PRODUCTO, PRIORIDAD EN LAS EMPRESAS
Debido a las condiciones económicas, ambientales y legales que imperan en la actualidad, el destino de los productos al final de su ciclo de vida ya no es responsabilidad del consumidor, sino que ésta se traslada hacia las empresas que manufacturaron los productos. Tal responsabilidad se asumió inicialmente en cumplimiento con las normas ambientales, sobre todo en el caso de los países de la Unión Económica Europea, o bien para satisfacer las políticas de responsabilidad social empresarial. Pero a medida que se mejoraba la eficiencia de las actividades de logística reversa, cada vez más empresas reconocieron que había una oportunidad de negocios en la recuperación de valor económico de los productos desechados.
Empresas en múltiples sectores (automotriz, electrónica, acero y química, por dar algunos ejemplos) están buscando cómo cerrar sus cadenas de suministros y mejorar su rentabilidad o bien bajar sus costos de producción mediante la comercialización de los productos recuperados y retrabajados a través de canales apropiados, la mejora del servicio al cliente cuando éste tiene que retornar productos dañados y la promoción de una imagen “verde”.
El esfuerzo por constituir cadenas de suministro cerradas (closed loop supply chains) ha llevado a revisar el diseño del producto para desensamblarlo y ensamblarlo fácilmente, así como a reducir el uso de materiales para su fabricación y el empaque excesivo, lo que constituye mejoras en las operaciones de producción.
Por otra parte, el rediseño de los canales de distribución (sistema de transporte, centros de distribución y almacenaje) para que sirvan tanto para la entrega como para el retorno de productos, aumenta la productividad de las actividades de logística.
El propósito final de una cadena de suministro inversa es la recuperación del mayor valor económico posible de los productos que los clientes desechan después de haberlos utilizado. La recuperación de valor del producto (product recovery value o PRV por sus siglas en inglés) incluye los siguientes cuatro aspectos funcionales: recuperación, inspección y clasificación de los bienes recuperados, preprocesamiento y diseño de la red de logística inversa.
Las actividades anteriores conllevan decisiones importantes, ya sea estratégicas como la ubicación y capacidad de las instalaciones para la clasificación y retrabajo de los productos recuperados, así como los canales a utilizar para recolocarlos productos en el mercado lo más pronto posible; operativas como es el uso de tecnologías de información y comunicación que faciliten la administración de los retornos; y tácticas como la programación de los períodos de recogida de los retornos y las actividades de retrabajo.
La administración de los retornos y las actividades de logística inversa que la soportan dependen de la forma de recuperación de valor que se aplique a los retornos. Cuando el PRV se orienta exclusivamente a la reparación y renovación de productos, la manera más efectiva de recobrarlos es a través de los mismos canales usados para su distribución. En cuanto a las operaciones de inspección, desensamble y ensamble, como éstas son limitadas, se pueden realizar en centros de reparación cercanos al cliente y directamente controlados por el fabricante.
Pero cuando la propuesta es la remanufactura de retornos, es necesario desensamblar los productos totalmente, inspeccionar a detalle todos sus módulos y componentes para después reemplazarlos por nuevos o bien repararlos. Como los componentes básicos de un producto remanufacturado provienen de productos usados, es necesario satisfacer estándares de calidad precisos antes de recolocarlo en el mercado. Esta forma de retrabajo es en general más costosa que la reparación e incluye también la comercialización de los productos remanufacturados con el respaldo del fabricante.
Otras formas de recuperación del valor de un producto, como la canibalización y el reciclaje, no pretenden devolver o renovar la funcionalidad de los productos, sino que se enfocan al reuso de sus componentes en el mismo u otros procesos productivos. La canibalización involucra el desensamble selectivo de productos con componentes potencialmente re-usables en la fabricación o reparación de la misma línea de productos, los niveles de calidad del proceso en que serán reutilizados estos componentes define los criterios para su selección.
Cuando módulos completos del producto no son aptos para su reuso, la opción es su desensamble adicional para usar sus componentes en otros procesos productivos. Este es el caso de los metales valiosos que se extraen de una computadora y que se utilizan en la fabricación de diversos productos.
Como el PRV resulta menor para estas actividades respecto a la reparación, renovación y remanufactura de los productos, muchos fabricantes optan por transferir la responsabilidad de estas formas de PRV a terceras partes, las cuales obtienen ganancias al aprovechar las economías de escala derivadas de recobrar los productos de múltiples empresas dentro de un sector específico. Estos agentes externos han buscado por su parte mejorar la efectividad y eficiencia de los sistemas de logística y manufactura inversa para así incrementar su rentabilidad.
De esta forma, alrededor del concepto de recuperación de valor del producto se ha establecido un nuevo sector de actividad económica que además contribuye de manera importante a reducir el uso de confinamientos para residuos sólidos, en particular basura electrónica o e-waste.
ALTERNATIVAS DEL PVR
Cuál o cuáles alternativas de recuperación de valor del producto utilizar, depende de varios factores:
1) Costos de la alternativa. Los que comprenden dos tipos de costos: de logística (costos de transporte, manejo, almacenaje y redistribución), y de retrabajo (costo de la mano de obra y el uso de equipo para la reparación y recuperación de componentes de los productos retornados).
2) Ganancias potenciales. Éstas, si bien parecen obvias, van más allá de los márgenes de ganancia por el retrabajo de los retornos, ya que en las ganancias también habría que considerar las ganancias derivadas de la exención de impuestos y de no pagar multas o cuotas porque se cumple cabalmente con las regulaciones ambientales, además de la ventaja potencial que significa para la empresa el proyectar una imagen “verde”.
3) Condiciones del mercado. El desarrollo y tamaño de los mercados para productos renovados, remanufacturados y para los materiales reciclados, y el número de empresas que compiten en estos mercados definen una estructura competitiva que puede hacer más o menos atractivas ciertas actividades de PRV. Por ejemplo, el valor de los teléfonos celulares reconstruidos en un mercado secundario se estima entre el 35-75% del valor original del producto, de donde la re-venta de 250 mil celulares reconstruidos representa ganancias por 20 millones de dólares, lo que hace muy atractivo desarrollar y competir en este mercado.
4) Conciencia ecológica. Este tipo de conciencia de los consumidores determina su intención para reparar y retornar los productos obsoletos o no funcionales, así como para adquirir productos retrabajados. En contextos donde los consumidores han adoptado la estrategia de 3R (reducir, reusar y reciclar) se asegura una cantidad estable de retornos lo que facilita la administración de inventarios, la planeación de las actividades de retrabajo y la comercialización de los productos retrabajados.
5) Capacidades de la cadena de suministro. Se definen como los recursos actuales (tecnología, infraestructura y conocimientos) que tiene una empresa para realizar actividades de logística inversa. Entre más limitadas sean estas capacidades, menos opciones tiene una empresa para recuperar valor de los productos que terminan su ciclo de vida útil. La magnitud del diferencial entre las capacidades disponibles y aquellas necesarias para implementar cierta alternativa de PRV determina la viabilidad de la opción y los recursos necesarios para hacerla rentable.
6) Regulaciones ambientales. Llevan a las empresas a tomar ciertas decisiones en cuanto a la recuperación y retrabajo a realizar sobre los retornos. Por ejemplo, en países de la Unión Económica Europea, la recuperación de los productos electrónicos y electrodomésticos es legalmente responsabilidad del fabricante. Adicional a esto, un producto se remanufactura únicamente cuando el beneficio ambiental supera el costo del uso de recursos para su retrabajo y en el caso de reciclaje de aparatos electrónicos, se requiere reciclar al menos el 80% de sus componentes.