La logística inversa ayuda a las empresas a ser socialmente responsables, ya que controla los flujos de producción con el propósito de no dañar el ecosistema.
Si bien es cierto el Estado necesita optar por políticas que ayuden a controlar y erradicar la contaminación, las empresas también están en la obligación de incluir en sus procesos prácticas que permitan disminuir el impacto de sus operaciones. Este proceso, que convierte a las empresas en socialmente responsables, se llama logística inversa.
La logística inversa es el proceso de planear, implementar y controlar el flujo de productos desde su punto de consumo hasta el punto de origen de manera adecuada, con el propósito de recuperar su valor. Esto significa el recojo de envases, plásticos, cajas y demás residuos usados en el proceso logístico para que vuelva a ser reutilizado, recuperando así su valor económico y ecológico.
Las principales funciones de la logística inversa son:
- Gestión de residuos
- Retirada de mercancía
- Clasificación de productos
- Gestión de compras
- Ingeniería de producto
- Reutilización o destrucción
- Devolución
- Reciclaje
- Gestión de residuos
- Sustitución de materiales
Entre las ventajas, podemos mencionar que la logística inversa permite la disminución de la incertidumbre en la llegada de los productos fuera de uso y el reaprovechamiento de algunos materiales. También brinda la posibilidad a la empresa de abarcar otros mercados y genera mayor confianza al cliente al momento de la decisión de compra, así como mejora la imagen de la organización ante los consumidores.
A pesar de todo lo positivo que genera la logística inversa, su práctica no es muy difundida, debido principalmente a que su implementación requiere un número de procesos inexistentes en la logística habitual.
Para mayor información sobre este tema puede acceder a http://blogs.upn.edu.pe/ingenieria/2016/11/03/logistica-inversa-por-que-es-importante-para-las-empresas/